A partir del siglo V aC, se constata la presencia definitiva y continuada de un poblado en la zona de San Pedro. El geógrafo alejandrino Claudio Ptolomeo (90-168), en su obra Geografía, y basándose en fuentes antiguas, habla del poblado de Égosa, que podría corresponder a este poblado ibérico.
Los testimonios arqueológicos de época ibérica localizados corresponden a los vestigios de una casa, una fosa fundacional, silos y material cerámico de importación, como vasos áticos griegos de figuras rojas (siglos V-IV aC).
A partir del siglo II aC se inició la romanización de este territorio y el espacio alcanzó la municipalidad con el emperador Flavio Vespasiano (69-79), bajo el nombre de Municipium Flavium de Égara.
De este período romano, en la zona de San Pedro, se conservan vestigios epigráficos de carácter honorífico y funerario, así como de elementos decorativos, pavimentos, silos, pozos, depósitos y otras estructuras de carácter industrial, y también los restos arqueológicos de una domus (o casa romana), que posteriormente pasó a formar parte de la residencia del obispo durante el período episcopal.